A ratos

 


A ratos es mucha soledad

A ratos está bien. 

A ratos es mucho el silencio 

A ratos, me acomodo en él. 

Pero todo es a ratos. Es un ir y venir. Un venir e ir. 

Me pregunto cuanto tiempo tardará este vaivén. 


Hoy inicia el otoño y mi corazón se siente cómodo. 

Está listo para hibernar, por tres o seis meses, lo que necesite para sanar. 


Hoy me puse calzas, calcetines y polerón. 

Escucho boleros en el living mientras la Diana mira por la ventana. 

Describo este momento porque no quiero olvidar nada. 

Quiero ser capaz de recordarlo, transportarme a él en el futuro. 

En ese futuro donde espero ya, que todo esté más o menos bien, 

no a ratos, sino que ojalá, siempre. 


A ratos, me imagino que así será.

Pero a otros, pasan cosas como ahora. 

Agustín Manzanero suena en la radio,

y mi ánimo se desarma sobre la alfombra.  


Amores habrás tenido, muchos amores María Bonita, María del alma.

Pero ninguno tan bueno, ni tan honrado como el que hiciste que en mí brotara.


Lo llevé lleno de flores 

y lo puse como una ofrenda, 

en mis propias plantas.

Pero si bien creí que lo habían recibido de forma emocionada, 

el juramento fue en vano, 

y estuvo lejos de ser idolatrado, 

solo generó un caos, 

que me tiene a ratos, 

yendo y viniendo, 

hacia ningún lado.    



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