Cierre de año

Última noche del 2023 y me siento más despierta que nunca. 

Recorrer mentalmente este año es un ejercicio que deja un sabor dulce y esperanzador. 

El 2022 lo cerré con tristeza, encerrada, y aislada. 
Pero me forcé a partir el año con una pregunta en positivo: 
"y si todo sale bien?" 

Qué puedo decir, no solo salió bien, salió espectacular.
Superó todas y cada una de mis expectatitvas, 
e incluso, me cuesta creer que tantas cosas buenas pasaran en un solo año.  
 
La vida realmente es una montaña rusa, con altos muy altos, y bajos muy bajos.
Y ahora, desde la cumbre, siento un profundo temor.  
De que lo bueno dure poco, de que la próxima vuelta toque bruscamente descender. 
 
Por lo mismo vengo acá, para dejar escrito, 
para recordar,  lo mucho que disfruté este 2023. 

Lo mucho que agradezco su gentiliza, su generosidad, 
el permitirnos cosechar tanto,
recorrer tanto, 
conocer tanto
crecer tanto, 
soñar tanto. 

Y ahora hablo en plural, 
porque eso también pasó este año, 
el concretar una decisión, 
de no vivir solo de a uno, sino que de dos. 
el construir un proyecto futuro, 
que ahora tiene nueva dirección, 
y tiene una fecha de celebración. 

Gracias a tantos y a tantas, 
Las fotos otra vez se quedan cortas,
Había mucho que destacar, mucho que valía la pena recordar. 


Adelante, pasa

 Aquí estamos,

de nuevo en duelo, 

estaba ya mejor, 

pero llegó agosto. 


Tal como temía, 

tal como proyectaba, 

bastó con que este mes llegara, 

para que ella puntual, 

golpeara la puerta de la casa, 

¿Lista? Me dijo sonriendo.

La vi por el ojillo. 


No le abrí la puerta en dos días, 

ni el lunes 31, ni martes 1°.

Corrí en círculos aterrada, 

las lágrimas ya se escapaban solas, 

pero yo me negaba. 

No quería creer, que ya un año pasaba. 

No quería creer, que tu -otra vez- ya no estabas. 


Miércoles 2. 

Escribo para responder, mientras abro la puerta


Perdona Pena, 

Verás, nunca estaré realmente lista,

quizás ningún agosto más en mi vida, 

Pero sí. Adelante, pasa, 

estoy lista para cantar a la vida y a la muerte, 

a cantarle a esta pena profunda que rebrotó.

estoy lista para darme mis espacios, 

para dejarme llorar

para esconderme

para volver a sentir

tristeza y lamento por su partir.  

Casi Mejor

Hoy estoy mejor. 

No un poco, sino harto. 
Puedo decir que me siento feliz, 
agradecida, de estar viva, 
de estar escribiendo aquí. 

Agradecida por el futuro, 
que con dulzura parece sonreír. 
Me lo imagino como un camino alargado, 
lleno de álamos a los lados,  
con un color naranjo otoñal, 
y con una brisa tibia-helada, 
pero voy bien abrigada. 

He decidido dejar de buscar tantas respuestas, 
para preguntas que simplemente no las tendrán. 
¿Qué es lo que realmente puedo controlar?
Mi presente y mi futuro. 
Pero ya nunca mi pasado. 
Ese ya quedó atrás, 
no se puede modificar, 
solo observar, 
para aprender de él y avanzar. 

Agradezco el camino recorrido, 
entiendo el por qué de los desvíos, 
también por eso ya no pregunto tanto, 
entiendo que las respuestas, 
llegarán el algún momento, 
cuando esté mejor preparada, 
cuando tengan que hacer sentido, 
no cuando hagan solo ruido. 

Agradezco a mi entorno, 
a mi gente, a mis amigos, 
a la Deborah y a la Vero, 
a la Vivi y a José Miguel, 
no estaría así sin su cariño, 
sin su guía, ni su tino. 

Cuando pienso en Alejandro, 
ya no siento ese gran vacío, 
ya no siento el pecho oprimido, 
pero si siento una incomodidad, 
esa sensación extraña, poco familiar, 
de que algo aún no cuaja. 
De que sigue faltándome algo,  
una despedida, una explicación, 
pero ahora soy capaz de ubicar ese "algo", 
en un nuevo cajón. 

Y ahí quedará por otro rato, 
no me siento lista para desmenuzarlo tanto, 
aún le tengo un poco de temor, 
de que me desarme, cuando me siento tanto mejor. 
Todavía falta tiempo al tiempo, 
como dicen en alguna canción. 

Todavía falta un poco, 
pero ahora, 
solo un poco,
para estar,
casi mejor. 











Desolación

 

Todavía aparece en mi cabeza,

La imagen de su cadáver tirado,

Tendido en la carpa de lado,

Y mi mamá a un costado,

Llorando y tomando su mano,

Sintiendo su cuerpo helado.

 

La tristeza es tanta que paraliza,

Nubla la mente y la hipnotiza.

El tiempo pasa más lento,

¿6 meses acaso eso es cierto?

Para mi se siente como si ya fuese un año,

De no tener ya más a mi hermano,

De asumir que jamás lo escucharé reír,

Ni decirme “hija”,

Ni lo vere gruñir.

 

La última vez que lo vi fue en el mes de mayo,

Estaba nerviosa y me contuve,

De darle un abrazo o demostrar cariño,

Era algo complicado,

Dejar la rabia de lado.

Él si fue gentil,

Y por un momento lo sentí,

Como aquel hermano mayor,

Que tantas veces me brindó protección,

Que tantas veces me aconsejó.

 

Mientras escribo se me hace un nudo en la garganta,

La emoción llega como una avalancha.

Siento el cuerpo frío, Y algo se mueve en la guata,

algo se aprieta y luego se suelta,

algo que no me deja estar quieta,

creo que esto es desolación,

no la conocía,

hasta que el Ale murió.

 

El único consuelo que me queda es el paso del tiempo,

Mínimo un año me han dicho todos,

Ya que de algún u otro modo,

Vives todas tus “primeras veces”,

Tu primera navidad, tu primer cumpleaños,

Tu primer 18, tu primer aniversario.

 

Pero eso es solo la primera fase,

La de dejar que la vida pase,

Porque hay otro dolor que es definitivo,

Que se queda siempre contigo,

De sentir que algo ya no está,

Que estuvo, pero nunca más lo hará.

Y ese nunca, cuesta procesar.

Hasta parece antinatural.

 

Nada en la vida es tan permanente,

Todo se puede cambiar.

Solo una cosa es segura,

Así como nacemos, todos se irán.

Algunos más tarde que pronto,

Otros más temprano, que luego,

Algunos sin buenos motivos,

Otros sin tantos líos.

 

Aun no entiendo bien el motivo,

Que hizo que Alejandro ya no esté,

Lo cierto es que hace tiempo no estaba,

No al menos como yo lo recordaba,

Pero estaba la idea de que él seguía aquí,

En el galpón del tata,

Delirando por ahí.

 

Hoy cuando pienso en él,

Siento un tremendo vacío,

¿A dónde está? ¿Dónde se fue?

¿Qué fue de su sonrisa? ¿Qué fue de su patudez?

¿Acaso está en el cielo?

Dudo, pero quien sabe,

Quizás allá se perdonó,

Y su alma se limpió.

Sus errores corrigió.

 

En la tierra quedamos nosotros,

Acomplejados con su partida,

No sabiendo muy bien como funcionar,

Pues el ritmo de la vida,

poco permite masticar.

 

Sin quererlo me extendí de más.

No sabía que tenía tanto que contar.

Espero que quien lea esto me pueda comprender,

Que no me juzgue, sino que me quiera bien.

Y perdone mi falta de tacto,

Mi apatía,

Solo quería desconexión,

Porque a ratos soy solo,

desolación.